Muchas veces viajar solos nos asusta, nos “aburre” o es o último que queremos hacer al viajar. Sin embargo, cuando viajas solo vives toda una experiencia de crecimiento personal y aprendizaje. Aquí te tengo 5 ventajas, para que te animes a viajar solo. 1. Los amigos nuevos. La primera vez que viajé sola fue a NY con EF. Tenía 17 años y era muy poco tímida, así que en la fila para que nos dieran la credencial de la escuela, saludé a una niña que vi “mexicana”, resultó ser de Mazatlán. Desde el 2011 Katia y yo somos muy buenas amigas, ya hemos viajado juntas a Los Cabos, París, Chiapas, Mazatlán, vino a mi graduación en CDMX y espero verla pronto en algún otro destino internacional. Muchas veces cuando viajas en grupo de amigos o en familia, te cierras más a la posibilidad de hacer nuevos amigos íntimos. Los amigos de los viajes no conocen tu pasado, conocen a la persona que tu quieres ser en ese viaje. Con esos nuevos amigos vas a vivir experiencias increíbles, tendrás mil historias para contar, además de una nueva casa en algún lugar del mundo para poder visitar.
2. La supervivencia del más apto. Cuando vivimos en nuestra casa o en nuestra zona de confort, es muy fácil depender de nuestros papás y no vivir momentos de sufrimiento como perderte en el transporte público o vivir al día administrando centavo a centavo. Viajar solo te da un golpe de realidad muy fuerte, más si jamás has salido solo o has vivido en otra ciudad. Conocerás otras historias, valorarás a tu familia, valorarás tu país, tu cultura, tu comodidad, pero regresarás a casa siendo una persona mucho más independiente, listo para lo que venga. Te sorprenderás de lo ingenioso que puedes llegar a ser para solucionar un problema.
3. Introspección. A pesar de que a veces cuando estamos solos nos podemos llegar a “mal tripear” y el “overthinking” puede estar a todo lo que da. El estar solo también te sirve para tener momentos de reflexión. Puedes analizar y aprender de tus errores, leer, escribir de tus experiencias, escribir de lo que sea o escribirle a quien sea. Aprendes mucho más de ti mismo, te abres las puertas a un mundo que jamás habías visto. Parece mentira, pero después de un viaje solo, regresas a casa un poco diferente.
4. Tu eres tu propio jefe. Cuando viajas en familia o con amigos, siempre se le tiene que dar el gusto a TODOS. Cuando viajas sólo, a la única persona que vas a complacer es a ti. Si quieres ir a museos todo el día ¡VAS!, si odias los museos y te quieres quedar todo el día viendo el paisaje o hasta disfrutando del room service ¡vas! Pocas veces puedes consentirte a ti y solo a ti, así que este es el momento indicado.
5. Se vuelve adictivo. Una vez que has viajado solo, será una experiencia que querrás repetir ¡es solo cuestión de perderle el miedo!
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