Después de haberme sorprendido con el cristal Room de Baccarat, Julio no quería escatimar para nuestro recorrido culinario, menos en su último domingo en París, por lo que se dio a la tarea de buscar buenos restaurantes en París. Es ahí donde se topó con KONG, me enseñó las fotos y no batalló en convencerme para ir a ese lugar que sólo podría describir con las palabras ‘tres chic’.
Desde qué llegué estuve encantada, KONG se encuentra en el último piso de un edificio, cerca de el famoso puente ‘Pont neuf’. El restaurante está dentro de una cúpula de cristal que te brinda una privilegiada vista al río Sena y a las calles de París. Es totalmente minimalista y su concepto es de comida fusión franco-japonesa. Como era domingo me tocó el menú de brunch del cuál no me puedo quejar nada.
Sí tuviera que elegir algo que podría comer siempre (además de postres) sería salmón ahumado, ¡me fascina!, por lo que no dudé en pedir unos huevos noruegos. Los huevos noruegos son como los huevos benedictos, con la típica salsa holandesa pero con salmón ahumado ¡la gloria!. No sólo me encantaron por el fresco, suave y delicioso salmón ahumado, el pan estaba obviamente recién hecho y buenísimo, a mi parecer tenía un sabor parecido al de un croissant y también los amé por que le pusieron cebollín, que la verdad es un ingrediente que siempre aporta un buen sabor. Yo creo que los huevos noruegos sin duda están en un top 5 de mis desayunos favoritos.
Julio que se define a sí mismo como alguien más “básico” se fue por unos huevos revueltos con tocino y salchichas, el estaba ¡bueno, fascinado! Los huevos revueltos estaban súper suavecitos y tiernos, exactamente en el punto en el que siguen estando tibios cuando los tienes en la boca y se van derritiendo, ¡perfectos!
Cuando llegó la hora del postre no sabíamos qué pedir, la mesa de al lado había pedido unos hot cakes y moríamos por probarlos, se veían súper esponjosos. Sin embargo, en el menú había también una tarta de vainilla de Pierre Hermé, el chef de postres franceses por excelencia; así que dude y dude, pedí la tarta, luego la cancelé y pedí hot cakes, luego los cancelé y pedí mejor la tarta, ¡Dios mío, qué buena decisión! Esta tarta era como si me hubieran dado una tartaleta rellena de macaron de vainilla, estaba fría, olía buenísimo, se derretía delicioso en tu boca, estuve a punto de no compartirla con Julio de lo buena que estaba.
Tuvimos un súper buen comienzo de domingo en KONG yendo de brunch. De verdad que el servicio increíble, si no fuera por que el río Sena estaba frente a mi, no me sentía en París. Luego me enteré que ahí habían grabado un episodio de “sex and the city”. No cabe duda que sí quieres un lunch o un brunch súper ‘chic’ en un lugar divertido, cool y diferente. KONG es ‘La opción’.
LF