Cuando escuchas “Westin” luego luego relacionas que es un hotel, cuando escuches “Westin de Santa Fe” no pienses que es sólo un hotel, tiene ¡tantas cosas! que el que puedas dormir ahí es sólo un lujo más. El miércoles pasado tuve una experiencia culinaria como nunca antes en éste increíble lugar ¡tienes que leer todos los detalles!
Un día platicando con la coordinadora de moda de Vanity Fair, me platicó que habían tomado unas fotos muy buenas en el Westin, así que me entró la espinita de ir a visitar el lugar, ya que vivo muy cerca. La verdad no llevaba muchas expectativas, pero traía la intención de buscar nuevos lugares para presentarles ¡No saben! desde el primer segundo en el que entré al Westin quedé totalmente impresionada/enamorada/emocionada.
Sí, me encantaron los muebles, la arquitectura del lugar, los adornos y sobretodo la atmósfera sofisticada y elegante del lugar ¡pero cuando vi los balcones con los que contaba el restaurante! ¡wow! sentí algo bonito en el corazón y dije “necesito una reseña del Market Kitchen del Westin YA”
Después de revisar las mil actividades increíbles y experiencias culinarias que ofrece el Westin, decidí sorprenderlos con algo súper diferente y que estoy segura les va a encantar. Pues, resulta que el Kitchen Market es el único lugar en México que cuenta con una INCREÍBLE cava de quesos artesanales y todos los días a partir de las 7pm pueden disfrutar de un maridaje de-li-cio-so con: una entrada, 6 diferentes vinos y quesos y POSTRE ¿qué más puedes pedir para ser feliz?
Desde que llegamos al lugar nuestra mesa, ya estaba esperándonos, perfectamente arreglada, con una explicación de cada cosa que probaríamos en el mantel de cartón y por si fuera poco estábamos en un lugar súper privilegiado a un lado de la cava. El sommelier, Leo, junto con el Chef, nos platicaron un poco su idea, el concepto y las sugerencias de combinaciones, sin embargo nos animaron mucho a que nosotros nos volviéramos un poco locos y experimentáramos con los quesos, los vinos y las mermeladas.
De entrada nos dieron burrata con pimientos y salsa teriyaki, la burrata tal vez la conocen como mozzarela di buffala, es el queso mozzarela en bola, muy tradicional en Europa. La combinación estaba exquisita, los pimientos le daban un toque buenísimo y lo dulce de la salsa teriyaki era la cereza del pastel.
Después vino la parte más increíble ¡los vinos y los quesos! Lo más padre de ésta experiencia es que no sólo es para el sentido del gusto, por ejemplo yo estaba feliz con lo bonita que se veía la mesa, el emplatado de la tabla de quesos, voltear a un lado y ver la increíble vista a la cañada. Yo no había ni comenzado a probar los quesos cuando ya me sentía bastante afortunada.
¡En fin! Nuestro plato y los vinos estaban acomodados de izquierda a derecha, todos los quesos eran mexicanos y de una calidad excelente, de repente me sentí en Francia, otros momentos en Holanda, en Italia… El primer queso del plato era el queso “Crotin” originario del Rancho Santa Marina de Querétaro, súper suave y perfectamente maridado con un vino blanco Argentino llamado Terrazas. Para éste queso Julio encontró la combinación perfecta: un crocante, queso crotin, la salsa de tomatillo verde ¡que por cierto era deliciosamente dulce! y un fruto seco ¡NO inventes! una combinación de sabores, que de verdad sólo estoy escribiendo y se me hace agua la boca..
El segundo era un queso “Perail” también originario de Querétaro, éste estaba maridado con un muy buen vino mexicano, Casa Madero, PERO edición especial del Bicentenario, muy muy rico, con toques de almendras y frutos secos. El vino estaba bastante bastante bueno y el queso lo probé con la mermelada de fresa y frambuesa deliciosa (qué por cierto es preparada artesanalmente en el Market Kitchen), ¡UFF! no saben la delicia.
El tercer queso era un “Brie” originario de Puebla, cómo saben, yo viví en París por lo qué AMO y adoro el queso Brie en todas sus combinaciones, normalmente me gustan más las combinaciones dulces, pero el chef nos recomendó el queso Brie con las crocantes que nos pasaron y la salsa de tomate para crear sabor a “Pizza” no lo terminé de oir, cuando yo ya estaba disfrutando ese extraordinario sabor acompañado de sorbos deliciosos del vino Elsa Bianchi de Argentina, súper frutal, fácil de beber. Creo que esa combinación era otra clave para la felicidad.
Después vino el queso “Gouda” de 80 días de maduración, ¡UFF! mis papilas gustativas se transportaron a Holanda con éste queso TAN RICO originario de la región Neole de Querétaro ¡wow! De verdad no saben el amor que desarrollé por el queso Gouda después de conocer Amsterdam y probar todas las opciones que ellos ofrecen. Pues el Gouda del Market Kitchen está perfectamente al nivel, él Gouda es tan rico solito, que lo disfruté a mordidas maridado con un exquisito vino tinto español, un vino con bastante carácter y notas a madera que exaltaban perfecto el delicioso sabor del queso.
Cada queso que probaba sentía que era mejor, pero luego volvía a probar otro y no estaba segura ¡todos me encantaban! pero el quinto queso, se llevó mi corazón. Éste era el queso “Tomme”, originiario de la zona de la Biquette en Querétaro ¡Era queso de cabra! uno de mis placeres más grandes. Solito era increíblemente bueno, maridado con la champagne Tattinger nocturne ¡otro nivel! En eso, agarré un panecito, le unté el queso, le puse una almendra y decidí probar la miel con comino ¡No saben! ¡Fuegos artificiales! Después de probar eso, puedo morir en paz y saber que viví bien.
El último queso era también un queso de cabra “Pirámide” con corteza de hongo azul con ceniza, también de la Biquette Querétaro, de suave textura pero fuerte sabor como los buenos quesos de cabra. El maridaje ¡OMG! era con un vino Italiano, Moscato d’Asti, de los vinos más ricos y dulces que he probado en mi vida, de verdad buenísimo, era como estarse tomando un caramelo, contrastaba perfecto con el sabor del queso. Además, éste queso de cabra es el queso que queda con cualquier cosa, lo probé con cada una de las mermeladas untado en un pan. La combinación favorita de Julio fué la mermelada de piña y zanahoria con éste queso, dice que lo transportaba a su niñez.
Después de estar al rededor de dos horas y media disfrutando de experimentar y siendo sommeliers por un día, llegó el cheesecake más rico que he probado, acompañado de unas trufas de chocolate amargo y un pastelito de chocolate, el final feliz de un momento perfecto. No exagero cuando les cuento que ésta experiencia culinaria ha sido de lo más extraordinaria. No sólo los sabores eran lo máximo, si no que también teníamos el atardecer súper bonito, el buen servicio y la perfecta atmósfera del lugar, que hacían más increíble ésta tarde en el Westin en Santa Fe.
Si están buscando él lugar perfecto para una date ó son amantes de los quesos y los vinos ó simplemente quieren salir de la rutina y pasársela ¡como nunca! les dejo recomendadísimo el Westin de Santa Fe, juro que jamás se me había hecho agua la boca tantas veces escribiendo una reseña ¡tienen que ir! ¡Disfruten las fotos de la visita!
LF
LF